P'al Pilar sale lo mejor
P'al Pilar sale lo mejor El bar también tiene su ofrenda Historias de bar El domingo es el día del Pilar , y el bar abre más temprano de lo habitual. Afuera, la ciudad se despierta con cachirulos en las cabezas, flores en los brazos y una ilusión que no se marchita generación tras generación. Dentro, el primer café humea junto a un ramo de claveles blancos que alguien ha dejado en la barra, los mismos que, en las primeras horas, compondrán el manto de la Virgen. La radio murmura jotas de fondo, esas que todos dicen saber y casi nadie canta enteras. El camarero pule los vasos con la lentitud de quien sabe que el día será largo. Entra una pareja de mediana edad: ella con mantón, él con cachirulo atado con maestría. No hablan mucho, pero se miran con la complicidad de quien repite un ritual. —Dos vermuts con sus aceitunas y dos salmueras , como siempre. El bar es su punto de encuentro antes de la ofrenda, desde hace tiempo, desde que se...